En un mundo cada vez más complejo para llegar a tu público objetivo resulta crucial encontrar y mostrar lo que te diferencia. El diseño es el envoltorio, la imagen que hace visible tu marca.
Un buen diseño no se ve, se experimenta. Un buen diseño de marca engloba no sólo todo el abanico de estímulos sensoriales, sino también el espíritu que hay detrás de lo que ofreces.
El diseño es, hoy en día, la esencia de toda actividad y debe ser congruente con tu concepto de negocio.
El impacto que recibe el cliente cuando entra en la sala de espera, es diseño. El trato que se le brinda en la recepción, es diseño. La percepción que capta a través de lo que ve, lo que oye, lo que huele y lo que siente, es diseño.
La excelencia en el diseño incumbe al proceso del negocio en su conjunto y debe marcar todo lo que hacemos con los clientes, tanto dentro como fuera de nuestro centro.
El diseño se sustenta sobre tres pilares: innovación, diferenciación y comunicación.
Innova, reinventa tu negocio y sorprende con nuevos servicios, nuevas propuestas. La incertidumbre en marketing, entendida como la capacidad de sorprender a los clientes, se ha convertido en una necesidad. El cliente espera que le sorprendas.
Como señalábamos en el post de la pasada semana (https://martinsantos.es/que-estas-haciendo-diferente/), hoy no es suficiente con hacerlo bien, hay que hacerlo diferente. En la diferenciación está la clave del éxito.
¿No se te ocurre qué comunicar? Las empresas genuinas prosperan sobre la base de sus historias y sus mitos. Crea tu historia y compártela con tus clientes.
En una sociedad en la que la dependencia tecnológica determina su existencia, cada vez damos más valor a la única capacidad humana que no se puede automatizar: la emoción. Induce emoción a través de los sentidos y marcarás la diferencia.
Imagen:tiendasyempresas.es