Una experiencia desagradable, un suceso doloroso, una confrontación personal o un resultado decepcionante tienen, a menudo, un impacto negativo en nuestras emociones y perjudican nuestro desempeño.
Los entrenadores personales trabajamos una eficaz técnica que tiene por objeto neutralizar el impacto negativo de la experiencia y sacarle el máximo partido de aprendizaje: el cambio de perspectiva.
La técnica consiste en cambiar el marco de referencia de la experiencia. Podemos hacerlo de dos maneras:
- a/ Cambiando el marco temporal. Consiste en proyectar hacia el mañana (un día, un mes, un año…) el impacto de lo que ahora nos ocurre y su repercusión en nuestra vida futura. Este cambio de perspectiva ayuda a darnos cuenta de que estamos alterando nuestro ánimo por algo que ni tiene, ni va a tener, repercusión ni relevancia alguna en el futuro; por lo tanto ¿Merece la pena arruinar el día porque nos han robado la cartera, le hemos dado un golpe al coche nuevo o hemos discutido con un colaborado por un malentendido?
- b/ Cambiando el marco de significado. Todo lo que nos acontece tiene su mensaje, toda experiencia nos propicia un aprendizaje. Si estamos mal es porque algo hacemos mal y por tanto algo tendremos que cambiar. Buscarle un sentido y un significado a toda experiencia, por mala y negativa que ésta sea, es de un enriquecimiento brutal.
Cada vez que ocurra algo que no te guste, cada vez que te sientas decepcionado, no busques el porqué, pregúntate: ¿PARA QUÉ? Cuál es el mensaje, cuál es el aprendizaje que hay detrás.
El impacto de toda experiencia negativa, dolorosa o decepcionante, depende del marco de referencia en el que la situemos. Si aprendemos a cambiar la perspectiva, cambiamos el sentido y su significado instantáneamente, transformándolo además en aprendizaje.
Imagen: Jordi Chueca