En la entrega anterior, invitábamos a la toma de conciencia sobre lo dejado inconcluso, o ni siquiera empezado, en 2011, identificando las causas que no lo hicieron posible.
El siguiente ejercicio consiste en poner el foco sobre los logros conseguidos: ¿Qué proyectos se terminaron? ¿Cuáles fueron los éxitos alcanzados? ¿Cuál fue la mejor decisión tomada? ¿Cuáles fueron los riesgos asumidos? ¿Qué miedos fueron vencidos? Y sobre todo ¿Qué aprendiste?
Un profundo análisis sobre qué hizo posible los logros es la mejor guía para llevar nuestro negocio, y nuestra vida, al siguiente nivel de éxito. El pasado sólo sirve como fuente de aprendizaje: lo negativo para invertir en su mejora, lo positivo para reforzar y orientar el camino.
Disponemos de mucha información, más de la que podemos digerir. La experiencia es el aderezo que necesita la información para convertirse en conocimiento. Volvamos la vista atrás para aprender de lo que falló: lo que no fuimos capaces de alcanzar también constituye un logro.
¿Acaso no estamos más cerca del éxito cuando descubrimos la manera de cómo no hay que hacerlo?
Imagen: clarita