El liderazgo como desempeño es tarea bien sencilla: tan sólo consiste en conseguir que la gente haga una serie de cosas. Lo que lo hace difícil es la complejidad de la esencia humana.
Si no hay personas no hay negocio. Las familias, los equipos, las comunidades, los negocios que funcionan, todos tienen que ver con relaciones humanas que funcionan.
La gran virtud del líder es el arte de construir relaciones que funcionan
Siempre se trata de un problema de relaciones, y cuál es el ingrediente más importante para que la relación funcione: la CONFIANZA, sin ella es imposible una buena relación.
¿Y cómo ganar la confianza de nuestros colaboradores?
- El eje sobre el que pivota la esencia del nuevo liderazgo es categórico: el trabajador deja de ser un medio (un recurso) para conseguir resultados y debe empezar a ser considerado un fin en sí mismo.
- Una cultura de empresa que genere miedo al riesgo entres sus gentes nunca puede motivarles para que saquen lo mejor que hay en su interior, porque la ansiedad ante el posible fracaso paralizará los recursos que de otra manera se hubieran puesto en marcha. Se trata de fomentar el “haz diferente, aunque aciertes”.
- En estos momentos de incertidumbre, la verdadera motivación, implicación y compromiso va a depender en gran medida del apoyo que sintamos que los demás nos están brindando. No hay apoyo más eficaz, rotundo y contundente que lograr que tus colaboradores perciban que pones sus intereses por delante de los tuyos.
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