La alimentación puede reducir las emisiones de metano de los rumiantes

vacapastandoFrancisco Javier Giráldez García, investigador del Instituto de Ganadería de Montaña (IGM), centro del CSIC en León, ha explicado algunas de las claves de la investigación actual sobre la nutrición de rumiantes en el marco del ciclo de conferencias organizado por el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA) con motivo del 75 aniversario de la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) .

“A través de la nutrición que reciben los rumiantes se puede hacer frente a los retos actuales del sector productivo”, ha afirmado el experto. Por ejemplo, “podemos mejorar las propiedades sensoriales de los productos de origen animal, como la carne o la leche”. También se podrían mejorar propiedades de los alimentos que pueden influir en la salud de los consumidores, por ejemplo, “reducir contenidos de grasa y colesterol o la formación de esteroles mediante el cocinado”.

Otro aspecto muy relevante que constituye una de las líneas de investigación del Instituto de Ganadería de Montaña es la modificación de la alimentación animal para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En particular, el principal problema está en la producción de metano por el proceso digestivo de animales como las vacas y las ovejas.

El equipo de Francisco Javier Giráldez García colabora con la empresa holandesa Nutreco en la búsqueda de soluciones. “Hemos realizado un barrido de muchísimos aceites vegetales y ácidos grasos para ver cuáles se podrían incorporar a la dieta para reducir la producción de metano”, afirma. Aunque el problema tiene interés mundial, países con una importante producción de leche como Holanda tienen un especial interés en reducir la producción de gases de efecto invernadero de los rumiantes.

Aunque ya hay amplios conocimientos sobre la relación entre la alimentación del ganado y la emisión de gases de efecto invernadero que se pueden incorporar a las rutinas ganaderas, sería necesario un apoyo económico a los productores. “Incluir una determinada materia prima para reducir la producción de metano puede implicar un mayor coste de producción y los márgenes de beneficio para los ganaderos ya son mínimos”, apunta, así que una decisión de este tipo debería estar respaldada por beneficios como el incremento de valor del producto u otras ayudas.

 

Conciliar diversos objetivos

El reto de los investigadores en nutrición animal está en conciliar todos los objetivos anteriores: “mejor calidad del producto, mejor bienestar animal, menor impacto ambiental y conseguir productos que sepan bien y no sean perjudiciales para nuestra salud”, señala el científico del IGM, quien recuerda que, “al igual que en nuestro caso, si los animales tienen una alimentación inadecuada, pueden tener problemas de salud”.

En su conferencia, Giráldez García también abordó otras cuestiones más generales sobre el futuro de la agricultura y la ganadería en relación con el incremento de la población, la competición por los recursos entre las diferentes especies animales y con el hombre, así como la relación de todo ello con otras actividades como la producción de biocombustibles.

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