Cuando la caída de los ingresos parece irremediable, cuando fidelizar a los clientes cada vez se hace más difícil, cuando conseguir lo que antes apenas costaba esfuerzo ahora resulta mucho más arduo, cuando luchar contra el pesimismo y el desencanto generalizado se convierte en tarea de titanes…
¿Tu qué estás haciendo diferente?
La proximidad fue durante muchos años el factor determinante a la hora de elegir la clínica veterinaria donde llevar a tu mascota. Hoy ya no es así; la saturación de la oferta hace que el cliente tenga varias opciones al alcance de su mano ¿Qué estás haciendo para que te elijan a ti o a tu centro?
Venimos defendiendo que fidelizar ya no es suficiente (https://martinsantos.es/fidelizar-ya-no-es-suficiente/). Hoy, más que nunca, necesitas que los clientes hablen de ti, propaguen tu idea y se conviertan en predicadores de tu causa. Hoy, más que nunca, necesitas fans en lugar de clientes.
Convierte tu alma, tu corazón y lo que eres en una marca. La marca es el vector a través del cual comunicas con tus clientes quién eres y qué ofreces. Una marca es la traducción de tu personalidad y de tu visión de negocio.
Una marca es una idea a través de la cual cautivar a los clientes entendiendo qué piensan, cómo sienten y en qué creen. Una marca es seducción. Una marca es compartir un sueño.
El cliente tiene hoy día acceso a una cantidad ingente de información y ésta (aunque no siempre se pueda o se sepa digerir) genera criterio. Todos lo sabemos: internet se ha convertido en la primera fuente de consulta veterinaria.
Ayer, en el no tan lejano siglo XX, la marca te ayudaba a triunfar, hoy (en la era 2.0, de las redes sociales, blogs, foros y comunidades virtuales) es condición sine qua non para garantizar la supervivencia.
La calidad es un estándar a perseguir, imprescindible, pero no suficiente; ya no basta con ofrecer un servicio de calidad y a un precio razonable. Tu trabajo ha de ser, además, reconocible por lo original, único por inimitable, significativo por la necesidad que satisface y memorable por el impacto emocional que genera. Estos cuatro elementos (reconocible, único, significativo y memorable) son los que marcan la diferencia.
Si no lo has hecho ya, es hora de repensar tu negocio, tu empresa y definir tu marca; piensa en lo que nunca has pensado y hazte las preguntas que, quizás, nunca te has hecho: ¿Qué busca el cliente cuando entra en mi clínica? ¿Cuáles de sus necesidades le estoy satisfaciendo a través de lo que ve, lo que oye y lo que siente?
Tu negocio necesita nuevas ideas, nuevas estrategias y nuevos conceptos. No podemos afrontar nuevos retos con formas de pensar y hacer pertenecientes al pasado. Veámoslo como una gran oportunidad, como una plataforma de lanzamiento hacia un mundo desconocido cuya realización va a depender de lo que hagamos ahora. La creación de tu futuro comienza hoy.
Las marcas que triunfan son aquellas que conectan con las necesidades reales y deseos del cliente. Hoy el consumidor no busca productos ni servicios, busca experiencias. El servicio satisface necesidades, las experiencias fidelizan. Un servicio es una transacción, una experiencia es algo memorable.
¿Te atreves a citar alguna marca de éxito que no ofrezca una experiencia diferente?
El nuevo escenario que estamos viviendo brinda una gran oportunidad a las empresas pequeñas por su flexibilidad y capacidad de adaptación ¡Invierte en tu propia marca, es el mejor negocio que puedes hacer! Huelga el planteamiento de si me gusta o no la nueva realidad, o te adaptas o desapareces.
El precio a pagar por no generar e identificarte a través de una marca es ser irrelevante. Si no te diferencian los clientes estás condenado a pasar desapercibido y eso en los negocios significa el olvido.
¡Ah! Y para lograrlo, necesitas bastante más imaginación que dinero.
«Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes»Albert Einstein
Imagen:pensarengrandelaclave.blogspot.com
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