Una encuesta publicada por una prestigiosa consultora americana nos sorprendía con el siguiente dato: Sólo el 20% de los trabajadores sienten pasión por su trabajo.
La pregunta es inmediata: ¿Es posible encontrar la motivación suficiente para lograr un desempeño excelente cuando no sientes pasión por tu trabajo?
Cada cual puede tener su respuesta. Lo que no parece discutible es que amar lo que se hace es el principal requisito para superar las múltiples barreras que separan la mediocridad de la excelencia.
Tolstoi hizo célebre la cita: “La felicidad no reside en hacer lo que amas, sino en amar lo que haces”. Y ¿Cómo podemos amar lo que hacemos?
Encontrando tus poderosas razones para acudir a trabajar todos los días con entusiasmo ¿Cómo hacerlo?
1º Dedicando el tiempo necesario para definir cuáles son tus valores fundamentales. Valores son aquello que para ti es importante.
2º Encontrando respuesta, desde tu yo más profundo, a las tres preguntas siguientes:
- ¿Para qué vas a trabajar?
- ¿Qué te aporta tu trabajo?
- ¿Cómo disfrutas de tu trabajo?
Poniendo todo tu corazón en este ejercicio, estarás en disposición de descubrir las poderosas razones que te ayudarán a superar las dificultades del día a día y, además, disfrutar haciendo lo que haces.
La pasión es el estado que predispone a la acción, entregándonos en lo que hacemos; se hace evidente a través del entusiasmo (que transmitimos verbal y corporalmente), el cual constituye el 50% de las habilidades para triunfar en cualquier actividad profesional.
La pasión es un requisito imprescindible para alcanzar el éxito, además de ser el aderezo que marca la diferencia entre “gustar” versus “amar” lo que se hace.
Imagen: Grafixar