En cualquier actividad empresarial, el éxito es directamente proporcional a la actitud de servicio que seamos capaces de desplegar ante los clientes. El factor de fidelización más importante en cualquier negocio es la atención recibida; los clientes buscan un trato amable, ser escuchados, sentir que estamos a su disposición y, sólo después, competencia profesional.
Como profesionales de la sanidad y el bienestar animal, lo que hacemos es proporcionar un servicio genuino y muy específico a quienes tienen una necesidad (la que sea) de compartir su vida con animales. Por ello, nuestra profesión es un compromiso.
Como en todo compromiso, hemos de aceptar las “duras” y las “maduras”. La mejora de nuestros conocimientos y habilidades debe ser una constante. Cuando las cosas se ponen difíciles, tenemos dos opciones: reaccionar o responder ¿Cuál es la diferencia? Una reacción es una acción a favor o en contra de algo que tiene un impacto sobre nosotros. Responder requiere previamente hacer dos cosas muy específicas: pararte y pensar. No podremos solucionar algo que no funciona, si previamente no hemos averiguado qué es lo que va mal.
La actitud de servicio es el gran valor que podemos aportar a nuestra empresa y a nosotros mismos. El compromiso empieza por la obligación que he contraído para conmigo mismo. Todo compromiso está ligado a un objetivo. Dependiendo de la fuerza y ambición de ese objetivo, así será el estímulo para poner todos los recursos y energía a favor de esa causa. Sólo un objetivo ambicioso, retador, permite desarrollar todo nuestro potencial para alcanzar el éxito.