PODER es una palabra que no suena bien, tiene cierta mala fama y, según cuándo y cómo se diga, desprende una connotación peyorativa.
Sin embargo, el poder es la fuerza que mueve el mundo, y siempre ha sido así a lo largo de la Historia. El poder forma parte de lo cotidiano, está presente en nuestras vidas y es un concepto del cual no nos podemos abstraer: en la familia, en el trabajo, en la sociedad, en la economía, etc.
Cada persona tiene su particular relación con el poder: hay quien lo ambiciona, quien lo rechaza y quien lo teme. Independientemente de las sensibilidades y emociones que el término induce, ¿te has planteado alguna vez cuánto has dejado de conseguir en la vida por falta de poder?
Sacar adelante un proyecto es poder.
Implicar a los colaboradores con entusiasmo en tu proyecto de empresa es poder.
Convencer a un cliente para que acepte el servicio que le ofreces es poder.
Que te aprueben un crédito en el banco es poder.
Conseguir que se acepte tu propuesta en el Colegio o Asociación profesional de la que formas parte es poder.
Y poder no es necesariamente sinónimo de fuerza o de dinero. Hoy, más que nunca, el poder reside en la capacidad para influir en las decisiones de los demás: las marcas para que compremos, los líderes para que opinemos, los políticos para que les votemos, los empresarios para que alcancemos resultados…
Como profesionales, como empresarios, nuestro fin no es otro que dejar huella, y para ello hace falta poder. Hacer negocios es cambiar la opinión de los demás, tanto colaboradores como clientes, sobre lo que se puede hacer.
La base del poder, su esencia, no es ni la fuerza ni el dinero, sino la capacidad de influir sobre los otros y sus decisiones. Nuestro éxito como padres, como profesionales, como empresarios, en nuestras relaciones, etc., dependerá de cómo seamos capaces de persuadir a los demás y a nosotros mismos.
Nadie que consiga algo que merece la pena ha carecido de poder.
Desarrollar nuestro poder personal requiere de dos habilidades fundamentales:
– Identificar las barreras que nos dificultan progresar hacia los objetivos que nos hemos marcado
– Aprender a desafiar la autolimitaciones que impiden liberar todo nuestro potencial para superarlas
El poder está en tus manos, y como cualquier habilidad, no esperes a que te lo den ¡Aprehéndelo!
Imagen:walnuters.com