“Con la ceguera lo único que pierdes es la luz, te queda todo lo demás”.Son palabras de Manuel Enríquez, veterinario, escritor y ciego.
La oscuridad nos da miedo porque dentro de ella no se ve. Pero lo único que falta es luz.
Somos foto-dependientes, olvidando que, donde no hay luz, tenemos el resto de sentidos para explorar; y además, contamos con la ventaja de que allí son pocos los que buscan.
Al contrario de lo que pudiera parecer, no conformamos nuestras creencias y pensamientos en función de lo que vemos, sino que según creemos y pensamos así vemos.
Por tanto, la forma de ver un problema puede que no sea el origen, sino la consecuencia.
Si abrazamos la idea de que las creencias y paradigmas determinan nuestra particular forma de ver, estamos en disposición de colegir que, a menudo, el modo en que vemos el problema, es de hecho el problema.
La cara oculta de la luna también existe, aunque no se vea. Puede que las grandes oportunidades estén donde nadie ha buscado antes, precisamente porque no había luz, y los problemas, de haberlos, como no se ven, no sean tales.
Imagen: Taringa.net