La época que nos está tocando vivir invita a buscar culpables. Este ejercicio puede desahogar, pero poco ayuda a afrontar una difícil situación que atañe a todos.
¿Cuántas veces al día oímos la palabra “crisis”? Las palabras crean realidad, y ante esta evidencia tenemos dos opciones: esperar que la crisis acabe, o directamente negarla ¿Tu que eliges?
Las empresas y profesionales tenemos un gran reto ante nosotros y una gran responsabilidad ante la sociedad. Estamos frente a una nueva realidad y probablemente nada vuelva a ser como antes. De lo que hagamos ahora dependerá el futuro.
No es la hora de buscar culpables de los fracasos (la crisis, el mercado, la competencia, la red comercial, la incompetencia de los colaboradores, etc.). No es la hora del gran EGO, sino de preocuparse y ocuparse por el progreso y crecimiento de los que trabajan con nosotros; el éxito de ellos será nuestro propio éxito y el de la organización. No es la hora de demostrar constantemente que somos los mejores, ni hacer ostentación de poder.
Es la hora de aceptar la crítica y estimularla, de preguntar constantemente fomentando puntos de vista distintos. Es la hora de inventarse a sí mismo, de plantear desafíos y crear organizaciones que fomenten y premien el desarrollo de habilidades, generando, de este modo, un semillero de profesionales excelentes y creativos. Es la hora de los verdaderos líderes, capaces de crecer y transformarse, y con ellos a todo su entorno. Es la hora de hacerse responsables, ser los primeros en asumir como propios los errores y aprender de ello.
Ya es la hora y no tenemos un minuto que perder.
Imagen: kevin dooley