¿Te has planteado alguna vez que tu trabajo pueda convertirse en los mejores 20 minutos del día de tu cliente?
Compartimos una maravillosa profesión: Contribuyendo a mejorar los índices productivos y la rentabilidad de las explotaciones, contribuyendo a la seguridad alimentaria de los consumidores o contribuyendo a facilitar las emociones que la gente comparte con sus mascotas. Sea cual fuere la actividad a la que nos dedicamos, el fin último de nuestra labor es siempre la mejora de la calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos.
Los que, además, tenemos la inmensa suerte de basar nuestra actividad profesional en el trato con el cliente, disponemos de la maravillosa oportunidad de regalarle lo que tal vez puedan ser los mejores 20 minutos del día.
¿Cómo hacer para lograrlo?
En primer lugar: Creer con convicción que es posible. Nuestra profesión es trascendente, por su importancia y contribución a un mundo mejor ¿Lo tenemos todos así de claro?
En segundo lugar: Desplegar las suficientes dosis de empatía para entender las motivaciones que llevan al cliente hasta nosotros ¿Qué busca nuestro cliente? Respuesta: Siempre satisfacer una necesidad. Identifiquemos esa necesidad y vinculémosla al servicio o producto que estamos ofreciendo. Pocos acuden a nuestro negocio a pasar el rato.
En tercer lugar: Amar tu profesión. Gustar no es suficiente para transmitir pasión, la cual se hace evidente a través del entusiasmo. La pasión y su manifestación, el entusiasmo, representan al menos el 50% del éxito en cualquier actividad profesional.
Nuestro trabajo es trascendente: ¡Hagámoselo ver y sentir a nuestros clientes!
Nuestros clientes nos necesitan: ¡Vinculemos los beneficios de nuestro servicio con la satisfacción de alguna de sus necesidades básicas!
Nuestro trabajo es pasión: ¡Nada hay más contagioso que el entusiasmo!
Integrando estos tres elementos estamos en disposición de contribuir a que los 20 minutos que dedicamos al cliente puedan convertirse en sus mejores 20 minutos del día.
Plantéatelo como objetivo ¿Y si lo logras?
Imagen:blog.ididactic.com